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¿Qué es la Hipertensión Secundaria? Descubre sus Diferencias con la Hipertensión Primaria
La hipertensión arterial es una de las enfermedades más comunes a nivel mundial, pero no todas las formas de presión arterial alta son iguales.

Mientras que la mayoría de los casos se consideran hipertensión primaria o esencial, existe otro tipo menos frecuente llamado hipertensión secundaria, que tiene una causa identificable y tratable. En este artículo, te explicaremos qué es la hipertensión secundaria, en qué se diferencia de la primaria y cómo se puede diagnosticar y tratar eficazmente.
¿Qué es la Hipertensión Secundaria?
La hipertensión secundaria es una forma de presión arterial elevada que ocurre como consecuencia directa de otra condición médica. Es decir, en estos casos, la hipertensión es un síntoma de una enfermedad subyacente, como trastornos renales, endocrinos o efectos de ciertos medicamentos.
A diferencia de la hipertensión primaria (esencial), que se desarrolla de manera progresiva sin una causa específica identificable, la hipertensión secundaria suele aparecer de forma repentina y puede ser más difícil de controlar con tratamientos convencionales.
Diferencias entre Hipertensión Primaria y Secundaria
Característica | Hipertensión Primaria | Hipertensión Secundaria |
---|---|---|
Causa | Desconocida, asociada a factores genéticos y de estilo de vida | Relacionada con otra enfermedad o el uso de ciertos medicamentos |
Inicio | Progresivo, a lo largo de los años | Súbito y, en ocasiones, con valores muy elevados |
Control con medicación | Generalmente responde bien al tratamiento | Puede ser resistente a medicamentos estándar |
Edad de aparición | Más común en mayores de 40 años | Puede afectar a personas más jóvenes, dependiendo de la causa subyacente |
Síntomas adicionales | Generalmente asintomática en etapas iniciales | Puede presentar síntomas relacionados con la enfermedad subyacente |
Tratamiento | Cambios en el estilo de vida y medicamentos | Tratamiento de la causa primaria + manejo de la presión arterial |
Causas Más Comunes de la Hipertensión Secundaria
Algunas enfermedades y condiciones pueden ser responsables del aumento de la presión arterial en la hipertensión secundaria, entre ellas:
- Enfermedades Renales
- Enfermedad renal crónica
- Estenosis de la arteria renal (estrechamiento de las arterias renales)
- Glomerulonefritis
- Trastornos Endocrinos
- Hipotiroidismo o hipertiroidismo
- Síndrome de Cushing (exceso de cortisol)
- Feocromocitoma (tumor suprarrenal poco común que libera adrenalina)
- Hiperaldosteronismo primario
- Uso de Medicamentos y Sustancias
- Anticonceptivos orales
- Antiinflamatorios no esteroides (AINEs)
- Descongestionantes nasales
- Drogas como cocaína o anfetaminas
- Apnea del Sueño
- Los episodios repetitivos de falta de oxígeno durante el sueño pueden contribuir a una presión arterial elevada.
- Anomalías Vasculares y Cardiovasculares
- Coartación de la aorta (estrechamiento congénito de la aorta).
Síntomas de la Hipertensión Secundaria
Aunque la presión arterial alta suele ser silenciosa, algunos signos pueden sugerir la presencia de hipertensión secundaria:
- Inicio repentino de la hipertensión antes de los 30 años o después de los 55.
- Presión arterial muy alta (superior a 180/120 mmHg).
- Hipertensión resistente a múltiples medicamentos.
- Presencia de signos de enfermedad renal, como hinchazón en piernas o cambios en la orina.
- Dolores de cabeza frecuentes, sudoración excesiva y palpitaciones (pueden indicar feocromocitoma).
Diagnóstico de la Hipertensión Secundaria
Para determinar si una persona tiene hipertensión secundaria, los médicos pueden solicitar una serie de pruebas, tales como:
- Análisis de sangre y orina (para evaluar la función renal y hormonal).
- Ecografía renal o resonancia magnética (para detectar problemas en los riñones).
- Monitoreo ambulatorio de presión arterial (MAPA) (para descartar hipertensión de bata blanca).
- Pruebas de función tiroidea y suprarrenal.
Tratamiento: ¿Cómo se Maneja la Hipertensión Secundaria?
El tratamiento de la hipertensión secundaria se basa en corregir la causa subyacente, además del control de la presión arterial. Algunas estrategias incluyen:
- Si la causa es una enfermedad renal: manejo con diuréticos, control de la función renal y, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas.
- Si es un trastorno hormonal: terapia específica para la afección (ej., cirugía en casos de tumores suprarrenales).
- Si se debe a medicamentos: ajustar el tratamiento o cambiar a alternativas más seguras.
- Si es por apnea del sueño: uso de dispositivos CPAP para mejorar la respiración nocturna.
A la par, se recomienda seguir un estilo de vida saludable, incluyendo:
✅ Dieta baja en sodio y rica en potasio.
✅ Ejercicio regular y control del peso.
✅ Evitar el tabaco y el alcohol.
✅ Manejo del estrés con técnicas de relajación.
Conclusión: ¿Se Puede Prevenir la Hipertensión Secundaria?
En muchos casos, la hipertensión secundaria es tratable e incluso reversible si se identifica y se aborda a tiempo la enfermedad de base. Por ello, es fundamental realizar controles médicos regulares, especialmente si hay antecedentes familiares o síntomas inusuales.
Si tienes presión arterial elevada y los tratamientos convencionales no funcionan, consulta a tu médico para descartar una posible hipertensión secundaria. Recuerda: el diagnóstico temprano puede marcar la diferencia en tu calidad de vida.